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Elegir los conductores adecuados para una reforma educativa sistémica

Este documento fundamenta cuáles son los 4 motores indicados y cuáles los 4 motores inadecuados como estrategias centrales para lograr mejoras medibles en los aprendizajes de los alumnos. No se trata de políticas específicas, sino de modalidades de intervención que generan mejoras sistémicas evidentes en los resultados.  Este contundente planteo se basa en el análisis de las experiencias recientes de reforma educativa en EEUU, Australia y Ontario, además de un estudio reciente de la consultora Mckinsey (Mourshed y otros, 2010).

 

  1. La generación de una motivación intrínseca en los docentes, versus la presión de los incentivos extrínsecos: es clave que los docentes protagonicen su propio desarrollo profesional. Para esto, es necesario definir objetivos claros, medibles, ambiciosos y alcanzables,que den sentido a la tarea docente. La información sobre los resultados de los aprendizajes es fundamental para lograr este tipo de motivación, ya que permite identificar los logros más importantes, frente a la ineficacia de incentivos extrínsecos (como el pago por resultados, el presentismo o la obtención de puntaje), que promueven el individualismo y la competencia entre los docentes atentando contra la construcción colectiva de capacidades.
  2. El capital social versus el foco en las capacidades individuales de los docentes: es importante orientar los esfuerzos a transformar la cultura educativa que valore a los docentes y los motive a aprender de las devoluciones constantes y a compartir el conocimiento para mejorar sus prácticas. El desarrollo individual de las capacidades del docente no tiene sentido sin una cultura que lo sustente. Para esto, es clave potenciar la observación de clases, el intercambio y la cooperación entre colegas, y entre éstos y los directivos. El trabajo colaborativo favorece la producción y circulación de conocimiento, e involucra a todos los docentes en la tarea de mejorar día a día sus prácticas
  3. La pedagogía versus la tecnología: la tecnología no mejora la enseñanza y el aprendizaje por sí misma. El gran desafío de las innovaciones tecnológicas radica en su adaptación pedagógica en las aulas, por ello es necesario fortalecer la formación de los docentes en éste área para convertir esta herramienta en un recurso potente de apoyo a la enseñanza.
  4. El abordaje sistémico versus las estrategias fragmentadas: el foco no debe estar puesto en soluciones individuales a los problemas. Es necesario el desarrollo de un sistema que apoye los esfuerzos de mejora en cada escuela y cada distrito. Sin un abordaje sistémico, crece el individualismo y disminuye la confianza y el respeto hacia los docentes. Romper este ciclo implica comenzar por promover el respeto y el prestigio de la profesión.

 

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[Documento disponible únicamente en inglés]

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